Los seres humanos tenemos la capacidad de pensar cosas que no están frente a nosotros.
Creamos historias en nuestras mentes en las que el héroe o la heroína somos siempre nosotros. Evaluamos lo que sucedió en el pasado, analizamos nuestras condiciones presentes y anticipamos lo que debería suceder en el futuro. Esta es una habilidad importante. Por eso, podemos crear arte, estudiar historia y tener visiones de futuro. Sin ella, no podríamos escribir ni disfrutar de poemas o películas. Casi toda la cultura humana depende de ver cosas que no están frente a nuestros ojos.
Esto significa que casi toda la cultura es ficticia. Nuestra capacidad para crear tales ficciones es la realidad de nuestras vidas. No podemos vivir sin ella. Pero esta habilidad trae consigo no pocos problemas. Tenemos ciertas expectativas de nuestras historias. Si las cosas salen como esperamos, nos sentimos como seres celestiales, pero si no, sentimos que estamos en el infierno. A menudo deseamos más y más sin experimentar satisfacción, como fantasmas hambrientos.
Es importante ver que no es la vida la que causa el sufrimiento, sino nuestra expectativa de que la vida tenga que ser como queremos. No podemos vivir sin expectativas, pero si podemos gestionar los sentimientos causados por la diferencia entre nuestras expectativas y la realidad, entonces es la liberación.
La práctica de zazen, tal como la enseñaron Dogen Zenji, Sawaki Roshi y Uchiyama Roshi, es dejar de mirar la pantalla de nuestras historias y sentarse en el terreno de la realidad que existe antes de nuestra imaginación. Cuando no estamos abducidos por nuestro mundo ficticio, podemos disfrutar y aprender de esas historias que creamos.
Shohaku Okumura
