56. EL SENDERO VERDADERO
Justo antes de que Ninakawa falleciera, el maestro zen Ikkyu le visitó.
«¿Debo guiarte en este paso?», preguntó Ikkyu.
Ninakawa respondió: «Vine aquí solo y solo me iré. ¿De qué podría servirme tu ayuda?».
Ikkyu contestó: «Si piensas que realmente vienes y vas, ésa es tu ilusión. Permíteme mostrarte el camino en el que no hay idas ni venidas».
Con sus palabras, Ikkyu había revelado tan claramente el sendero, que Ninakawa sonrió y murió.