sábado, 13 de agosto de 2022

Textos y cafe



58. EL ARRESTO DEL BUDA DE PIEDRA
Un comerciante que llevaba sobre los hombros cincuenta fajos de géneros de algodón, se detuvo a descansar del calor bajo la sombra de un gran Buda de piedra que encontró en el camino. Ahí se quedó dormido, y cuando se despertó sus mercancías habían desaparecido.
Inmediatamente denunció el hecho a la policía.
Un juez llamado O-oka abrió la investigación. «Ese Buda de piedra debe de haber robado las mercancías», concluyó el juez. «Se supone que debe cuidar el bienestar de la gente, pero ha fracasado en su sagrada misión. Arrestadle».
La policía arrestó al Buda de piedra y lo llevó a a los tribunales.
Una ruidosa muchedumbre siguió a la estatua, curiosa por conocer qué clase de sentencia le iba a imponer el juez.
Cuando O-oka apareció en el estrado, reprendió a la audiencia que vociferaba. «¿Qué derecho tenéis a reír y hacer mofa de esta manera? Estáis en rebeldía ante el tribunal y sujetos a multa y encarcelamiento».
La gente se apresuró en disculparse. «Debería poneros una multa», dijo el juez, «pero la perdonaré si cada uno de vosotros trae un fajo de mercancías de algodón al tribunal en tres días. El que no haga esto, será arrestado».
Uno de los fajos de ropa que trajo la gente fue rápidamente reconocido por el comerciante como propio, y de ese modo, el ladrón fue fácilmente descubierto. El comerciante recuperó sus bienes, y el resto de fajos se devolvió a sus propietarios.