sábado, 13 de agosto de 2022

Textos y Cafe



3. EL DEDO DE GUTEI
Gutei alzaba su dedo cada vez que se le hacía una pregunta sobre zen. Un chico sirviente comenzó a imitarlo. Cuando alguien preguntaba al chico sobre qué había predicado el maestro, el chico levantaba su dedo.
Gutei tuvo noticias de la travesura del muchacho. Lo agarró y le cortó el dedo. El chico lloró y se escapó corriendo. Gutei gritó y le hizo parar. Cuando el muchacho volvió su cabeza hacia Gutei, Gutei alzó su propio dedo. En ese instante el chico fue iluminado.
Cuando Gutei estaba a punto de dejar este mundo, reunió a los monjes a su alrededor. «Obtuve mi dedo-zen», dijo, «de mi maestro Tenryu, y en toda mi vida no he podido agotarlo». Entonces falleció.
Comentario de Mu-mon: La iluminación, que tanto Gutei como el chico alcanzaron, no tiene nada que ver con un dedo. Si alguien se apega a un dedo, Tenyru estará tan contrariado que aniquilará a Gutei, al muchacho y al que se apega a algo, todos de una vez. Gutei abarata la enseñanza de Tenyru, liberando al muchacho con un cuchillo.
Comparado con el dios chino que apartó una montaña con una sola mano el viejo Gutei es un pobre imitador.