sábado, 13 de agosto de 2022

Textos y Cafe



LA ENTRADA SIN PUERTA
Si te agradan los caramelos y la vida fácil, aparta este libro, pues trata sobre el tremendo intento de los hombres de renacer, trata del satori, de la iluminación.
Te puede ocurrir a ti. En un momento algo se abre y eres alguien nuevo. Ves el mismo mundo distinto con ojos nuevos.
Este poder de renovación del universo ocurre a través de la gracia, no de la lógica. Lo que quiera que hagas o dondequiera que estés, parece influir poco. No tiene sentido. Sólo te hace a ti.
Los antiguos chinos ideaban problemas llamados koan para detener el incesante movimiento de la mente. Cuando el estudiante meditaba sobre un koan, era su modo de decir: «No malgastes tu vida únicamente sintiendo; canaliza tu pensamiento y sentimiento hacia un propósito y deja que ocurra».
¿Se ha perdido este arte de observar la propia luz? No debería ser así si ponéis vuestra mente y todo cuanto tenéis en ello.
Estos ancianos maestros felicitaban a sus estudiantes a través de la crítica, incluso de los golpes. Y cuando les elogiaban, ello solía significar que restaban importancia al hecho que alababan. Ésa era la costumbre. Tenían un gran interés por sus pupilos, pero lo mostraban con hechos, no con palabras.
Eran personas fuertes, agitadores. Hacían preguntas cuya única respuesta era un ser completo.
¿Cuál es la respuesta correcta a un koan? Existen muchas respuestas correctas, así como ninguna. Incluso hay un libro en Japón que proporciona respuestas adecuadas a cada uno de estos abridores de la mente, si bien es difícil de conseguir. ¡Vaya broma! Pues el mismo koan es su respuesta, y en el momento en que exista una respuesta correcta, el zen muere.