jueves, 11 de agosto de 2022

Keizan Jokin Zenji 2da Parte

 


2da Parte
Sólo haz zazen de todo corazón. No lo olvides; no lo pierdas.
Sankon-Zazen-Setsu, Keizan Jokin Zenji (1268-1325
Finalmente, “El Camino de Buda es insuperable, hago voto de realizarlo”. El Camino de Buda no es una cosa. Es una vía o camino. Me he referido recientemente a este dicho de Dogen en su ensayo “El Espíritu Maravilloso de los Budas Activos”: “Simplemente experimenta el proceso vital en el camino de ir más allá de Buda”. Hay un proceso vital, un camino, y está vivo. ¿Cómo nos damos cuenta? ¿Cómo nos dirigimos hacia él? ¿Cómo recordamos: “oh sí, dije que quería practicar el despertar, y aquí estoy”? En cierto modo, está más vivo cuando nos damos cuenta de que no hemos estado cuidando de lo que es realmente importante para nosotros.
He hablado del nivel del voto supremo. Pero la práctica real del voto, como práctica, puede ser muy específica y concreta. El voto es una de las prácticas trascendentes que también incluye la práctica de la generosidad, la práctica de la paciencia, la práctica de la meditación, la práctica de prajna o sabiduría, y la práctica del conocimiento, que consiste en saber cómo ejecutar nuestra intención práctica. Un voto es una práctica específica en la que podemos trabajar, al igual que trabajamos sin cesar en cómo ser generosos con nosotros mismos y con los demás, cómo ser pacientes con todos los problemas del mundo y todos los problemas de nuestro propio zazen. Realmente podemos asumir esta práctica del voto. Esta práctica no es simplemente el voto supremo de liberar a todos los seres, pero parte de cómo la desarrollamos es asumir prácticas concretas, compromisos limitados concretos, como venir aquí esta mañana para escuchar una charla del Dharma. Conducir hasta Bolinas para hacer zazen es la práctica del voto. Tenemos una intención e intentamos llevarla a cabo. Puede haber innumerables tipos de cosas que podemos asumir como prácticas reales, proyectos grandes y pequeños, sea lo que sea que veas que hay que hacer. Si se necesita una cerca allí, podríamos ver si podemos construirla. Una vez que estamos comprometidos en el nivel del voto supremo e inconcebible, las actividades concretas y muy específicas son parte de la práctica del compromiso o voto.
El voto cobra relevancia ahora a principios de enero, porque podemos hacer nuestros propósitos de Año Nuevo. A veces, pueden ser frívolos, pero los propósitos para Año Nuevo son una forma de poner en práctica la práctica del voto en nuestra cultura. Hay muchas puertas de entrada al Dharma, incluso en nuestra cultura primitiva y corrupta. Por supuesto, podemos tomar una resolución de Año Nuevo en cualquier mes del año. En cualquier momento podríamos tomar una resolución por una semana o un mes o un año o toda la vida. Pero la gente lo piensa cuando es el 1 de enero.
Tengo algunos propósitos para el Año Nuevo que he decidido que iba a intentar y llevar a cabo este año. Uno de ellos es que, cuando camine por la calle, voy a saludar a las personas, observarlas, tomar contacto visual. A veces lo olvido. Es algo divertido. La gente responde al saludo. La gente realmente quiere saludarse unos con otros. Hay ciertos lugares en donde puede ocurrir más naturalmente que en otros. No sé si la gente en Bolinas se saluda cuando se cruzan por la calle. Tal vez lo hagan más que la gente en San Francisco. Es solo una pequeña cosa, pero realmente me gusta como práctica. Es muy simple, cualquiera puede hacerlo.
También tomé la resolución de tratar de administrar mis diferentes actividades de manera más efectiva. Me reservo el jueves y el viernes como días de escritura, ya que tengo una colección de proyectos de escritura en los que quiero trabajar. He estado tratando de acomodarlos alrededor de otras cosas. Estoy tratando de organizar mi tiempo de manera más efectiva. Así que esa es una resolución para el Año Nuevo. ¿Quién sabe si realmente lo podré hacer? Pero voy a intentarlo.
Estoy seguro de que algunos de vosotros tenéis este tipo de resoluciones prácticas. Sean o no propósitos de Año Nuevo, son proyectos, compromisos concretos, específicos, que tratamos de asumir. Todos nos preguntamos cómo cuidar las cosas que nos rodean en el mundo. ¿Cómo cuidamos a familiares y amigos? ¿Cómo cuidamos las cosas que queremos hacer? Este nivel de lo que es importante incluye muchas cosas. Incluye algo tan simple como asegurarse de hacer ejercicio todas las semanas o llamar a un amigo con el que no he hablado durante mucho tiempo. Hay muchas cosas que surgen si vemos cuál es mi intención, qué puedo hacer. Pueden ser maravillosas actividades de bodhisattva, o pueden ser cosas ordinarias. El mes pasado hice una especie de voto de ver muchas de las nuevas películas de la temporada navideña. Así que lo hice. Me gustan las películas. Solía trabajar en películas. No me consta que esto haya ayudado a nadie. No sé siquiera si me ha ayudado a mí, pero disfruté haciéndolo. Tenemos muchas cosas diferentes que queremos hacer.
Parte de esta práctica es traer a la consciencia cosas que queremos. Puedes pensar que no tienes ningún propósito, que no tienes ningún voto en particular. Pero en realidad, inconscientemente tenemos muchos. Tenemos cosas que creemos deberíamos hacer. Tenemos patrones que se remontan a nuestra infancia de los que tal vez no seamos conscientes, pero que son nuestros modos habituales de conducta. Cuando realmente tomamos el voto como una práctica, y decimos, por ejemplo, “voy a saludar a la gente en la calle”, tomando eso como un voto intencional consciente, cuando consideramos nuestras intenciones, también podemos ver nuestros votos no intencionales. Hay cosas que hacemos habitualmente que tal vez no necesitemos hacer, o tal vez realmente no queramos hacer, pero sin embargo pensamos que deberíamos hacerlas. Tal vez esa intención realmente nos haya ayudado a llegar a algún lugar, pero quizás ya no necesitemos hacerlo. Tal vez fue algo bueno que hacer por un tiempo, pero ahora no lo necesito. Cuando nos damos cuenta de nuestras intenciones, podemos verlas y tenemos una alternativa. Tal vez ya no necesito ir al cine. Alguien en nuestra sangha me dijo que no iba al cine porque prefería pasar ese tiempo con amigos. Me parece bien. Me gustó su voto, realmente lo aprecié. Pero yo sin embargo fui a ver películas. A algunas de ellas con amigos.
Cada uno de nosotros tenemos ya varios votos. Entonces, en la práctica de sentarnos quietos y examinar lo que es importante para nosotros, lo que nos importa, podemos ver nuestros votos habituales inconscientes. Y cuando los veamos, tendremos la oportunidad de decidir si realmente queremos hacer eso. Tal vez lo hagas. Pero no se trata de lo que creas que deberías estar haciendo, sino de lo que realmente quieres hacer. Liberar a todos los seres vivos no es algo que debas hacer porque alguien más dice que debes hacerlo. Poner fin a todas las ilusiones no es algo que crea que debas hacer, o Buda crea que debieras hacer, o Suzuki Roshi piense que debas hacer. Cantamos esos votos porque entonces tenemos la oportunidad de ver si ese es un camino en el que queremos estar. Puede que no sepamos cómo hacerlo. Puede que no sepamos cómo saludar a las personas que caminan por las calles. Pero podemos decidir que es algo que queremos intentar y hacer. Cuando empezamos a hacer eso, vemos todas las formas en que nos atrapan los hábitos. Sustituirlos por una intención positiva, un voto o un compromiso concreto puede ser como asumir una adicción positiva. Positivo no significa que sea necesariamente bueno según el criterio de otra persona, pero podemos decir que yo quiero hacerlo. Realmente quería ir a esas películas, fueran buenas o no. A veces puedes pasar un buen rato en una mala película.
La práctica del voto consciente es un poco como la práctica del mantra. A pesar de que es un ámbito de práctica diferente al voto, es bastante comparable en términos de este aspecto de despertar la conciencia. Recomiendo el uso de mantras para recordarte la intención de tu práctica durante el día, mientras estás ocupado, pero incluso a veces durante el zazen. A veces cantamos el Sutra del corazón, que termina con este antiguo mantra sánscrito tradicional que se supone tiene efectos beneficiosos: “Gate, gate, paragate, parasamgate, Bodhi svaha“. Cantamos otros poemas de enseñanza en inglés, y a veces una frase puede impactarnos. Puedes usar eso como un mantra, una frase que dices en silencio para recordar algo. A veces cantamos El Canto de la Choza de Paja (de SeKito Kisen, n.t.): “Deja ir cientos de años y relájate por completo. Abre sus manos y camina inocente”. Puedes decirte eso a ti mismo, una y otra vez, cuando lo desees. “Deja ir cientos de años y relájate por completo. Abre tus manos y camina inocente”. Puede que no sepamos lo que significa, pero eso no importa. O podría ser un verso de una canción popular, como: “Let it be, let it be, let it be, let it be (déjalo ser, …, n.t.)”. Cuando hacemos esta práctica de repetir alguna enseñanza como un mantra consciente intencional, podemos ver los otros mantras que están allí, nuestros mantras inconscientes, mantras negativos sobre nosotros mismos o el mundo. Es posible que nos estemos diciendo inconscientemente: no puedo hacer eso; no quiero ver a esas personas; no quiero saludar a esa persona.
El aspecto práctico, conectado con el supremo nivel de liberación de todos los seres, en realidad toma forma en una práctica específica muy concreta. Puede ser diciendo: “Deja de lado cientos de años y relájate por completo”, o simplemente saludar a la gente. Intenta adoptar alguna práctica material específica intencional, algo que realmente hacer, como ir y visitar a un amigo que está enfermo. Estas prácticas son infinitas.
Así es como ponemos nuestro zazen a trabajar. Durante un tiempo he estado hablando de zazen como un acto creativo, un modo de expresión. Mientras estamos sentados, naturalmente, este cuerpo y esta mente están expresando nuestra naturaleza de Buda. No importa la postura en que nos encontramos, el cómo estamos expresa algo, siempre. Cuando adoptamos la postura del Buda, se pone de manifiesto un tipo particular de apertura, conciencia y rectitud. Y cuando estamos dispuestos a hacer eso, a ser justos y simplemente estar presentes con nosotros mismos y afrontarnos, sin huir de lo que somos, permite un tipo de expresión y creatividad que conecta con otras actividades en nuestra vida. Podemos decidir pintar acuarelas, escribir poemas, andar en bicicleta o participar en otras actividades creativas. Una forma de hacerlo es esta práctica del voto. Por tanto, esta práctica del voto es una forma específica de unir nuestras propias energías creativas, nuestra propia naturaleza personal expresiva de Buda, con la clase de conexión profunda a la que tenemos acceso en zazen. Esto es así incluso si estás sentado durante cuarenta minutos preguntándote cuándo sonará la campana (de final de zazen, n.t.) y queriéndote mover porque te duele la rodilla. Incluso en un llamado zazen horrible, todavía hay algo que pasa que es más profundo que tu idea de si es una gran sesión de zazen o una sesión de zazen horrorosa. Esta podría ser una charla de Dharma horrible, pero tal vez contenga algo útil.