Cualquiera puede sentarse (zazen) cuando se está listo para sentarse. El impulso o interés por zazen puede ocurrirle a cualquiera, en cualquier momento.
Mi profundo deseo es que zazen se pueda adaptar a cualquier religión, así que espero que no se ponga demasiada estructura a su alrededor. Pero cada uno, cuando nos sentemos, debemos pulir este zazen en forma correcta. Es una acción muy alegre y poderosa cuando llegamos a este punto.
Sientes haber llegado a tu destino, que tu búsqueda finalizó. No termina, pero sientes eso. En ese momento no buscas a nadie alrededor, simplemente te sientes muy seguro de lo que estás haciendo y de ti mismo. Siempre pienso en Cristo, justo antes de ser capturado. Todo el mundo estaba agotado y dormido, y él se alejó de su gente y habló con Dios. Cuando Buda se sentó en su asiento, conquistando el mal, algo similar sucedió, internamente, en su mente.
Es la cuestión de la vida o la muerte, de si continúas viviendo o de si terminas tu vida, abandonas tu práctica, tu búsqueda. Lo llamamos el ataque de Mara.
No es que Mara te ataque desde algún otro lugar, sino que está dentro de ti, así que necesitas un fuerte sentido de determinación. Son como flechas de odio, flechas envenenadas que vienen hacia ti, pero se detienen en el espacio y caen. Cuando Buda tuvo una visión de un relámpago en el cielo, éste estalló y se convirtió en flores que se posaban sobre el suelo.
Estas imágenes simbolizan los cambios que pueden ocurrir cuando encuentras el camino.
