jueves, 11 de agosto de 2022

Maestro Taisen Deshimaru

 


El Maestro Dogen escribía que se puede pensar con el cuerpo, idea que la ciencia confirma ahora. Los grandes Maestros orientales han presentido estas cosas de forma inconsciente y se las han transmitido a sus discípulos. Ahora psicólogos o fisiólogos se interesan por el Zen. Pero la mayor parte de las veces no quieren practicar, por eso no pueden comprender de verdad. Vosotros que practicáis sois muy valiosos y la experiencia que vivís al venir aquí todos los días se revela esencial. Por el contrario, en Japón todo se ha perdido en parte.

La fuente del Zen sigue siendo la práctica. Si se intelectualiza demasiado, se vuelve seca y dura, si se “sentimentaliza” demasiado, se vuelve blanda. Una madre demasiado suave “mima” a su hijo, crea molicie. La práctica de zazen armoniza la suavidad y la dureza, y alcanza así la condición normal, la Vía del medio. Gracias a la práctica de zazen todo vuelve a su lugar y encuentra su raíz. Después se abren las flores. Cuando salís del ataúd, la muerte ya no os da pavor, la vida y la muerte se suceden una a otra. Tememos la muerte, momento único, que sólo ocurre una vez. Si nos acostumbramos, ya no es pavorosa sino que se convierte en una fuerza. Venimos sin nada y nos marchamos sin nada. Cuando nacemos, no poseemos nada, cuando morimos, no nos llevamos nada. Cuando entramos al dojo, no tenemos que llevar nada. Cuando hacemos zazen, lo abandonamos todo.
Zazen no consiste en concentrarse en algo: algunos consideran que zazen es un
buen momento
para pensar, para meditar sobre los propios problemas.
No hay que tener meta en la práctica de zazen. Después de zazen, cuando salís, ya no tenéis nada: ¡ése es el regalo de zazen!
“No hay que buscar la Vía sino practicarla.” Si os paráis en el camino para merendar, el camino es más largo. Pero si andáis tranquilamente, paso a paso, llegaréis y el camino no será largo. Paso a paso: aquí y ahora. Concéntrate aquí y ahora, pues aquí y ahora es la eternidad. Buscar conscientemente la Vía es una acción de la voluntad y el espíritu se agota en ello. Practicar con el cuerpo conduce inconscientemente a lo largo de la Vía, hasta el final.
Comentario del Maestro Taisen Deshimaru a “El canto del inmediato satori”, de Yoka Daishi. Editorial Kairós.