El Shin Jin Mei dice...
“La lucha entre lo justo y lo falso en nuestra consciencia conduce a la enfermedad del espíritu”. En nuestra vida cotidiana, porque al fin y al cabo no se trata sino de nuestra vida cotidiana, podemos andar, caminar, tranquilos, en paz, sin dualidad, más allá de nuestra relatividad. ¿Y eso como? Muy simple, dejando de hacer un lugar en nuestra consciencia para la idea de lo justo y de lo falso. Con el ejemplo de la gruta, de la caverna, decía que había que crear una apertura para hacer entrar la luz natural. Es la misma cosa en nuestra consciencia.
Entonces, parecido-diferente, conforme-no conforme, justo-falso..., no crear diferencia. Eso es la enseñanza. Somos creación del universo al igual que las estrellas. Tenemos naturalmente el derecho a vivir de manera plena nuestro tiempo de existencia. La fecha de caducidad del ser humano no es la de una estrella. Conocemos el zazen y no hay tiempo que perder. Pero cada uno con su karma, cada existencia tiene su propio karma, cada uno de nosotros tenemos nuestra propia relatividad.
Kusen del maestro Soko, en el dojo Zen de Barcelona.
