[Ceremonia conmemorativa del despertar de Shakyamuni Buda, por Issho Fujita]
En los monasterios de Soto Zen en Japón, del 1 al 7 de diciembre tiene lugar un retiro de zazen muy intensivo (sesshin). El día 7, se practica zazen toda la noche (tetsuya zazen) y continúa hasta la 1 a.m del día siguiente. Después del último período de zazen, se toca la campana de la sala de Buda y todos los practicantes entran en la misma. El abad ofrece una varita de incienso. Todos juntos hacen tres postraciones, luego doblan sus zagu.
El abad ofrece luego agua dulce caliente, gachas de arroz y té, y todo el mundo canta el Dharani de la Gran Compasión (Dai Hi Shin Dharani). Cuando la asamblea termina con una dedicación (eko) y tres postraciones, se celebra una pequeña ceremonia (shôsan). Luego se sale de la sala y se duerme hasta la mañana.
Este evento completo se llama Rohatsu sesshin. “Ro” significa diciembre. “Hatsu” significa ocho. Este retiro especial se celebra anualmente para conmemorar la realización de la Vía por el Buda Shakyamuni. De acuerdo a la historia de Buda, después de muchos años de difícil práctica ascética, Shakyamuni se sentó en zazen debajo del árbol Bodhi. Al amanecer del 8 de diciembre, vio la estrella de la mañana (Venus) y tuvo un gran despertar.
Ya no era una persona ordinaria, común, sino que se había transformado en el Despierto, el Buda.
Su despertar también se llama Jodo, que literalmente significa “realizar la Vía”. Aquí, la palabra “Vía” es una traducción al chino de la palabra sánscrita “bodhi“. En la tradición Zen, “bodhi” se entiende como “despertar al verdadero ser como es”. Cuando realizó la Vía, Shakyamuni se convirtió en el verdadero. en el auténtico Shakyamuni.
En el Denkoroku de Keizan Zenji (Crónicas de la Transmisión de la Luz), Caso 1, describe este despertar de la siguiente manera:
Buda Shakyamuni, al ver la estrella de la mañana, alcanzó el despertar. Dijo: “Yo, junto con la gran tierra y todos los seres sintientes, hemos alcanzado simultáneamente la Vía”.
Debemos tener en cuenta que antes de hacer esta declaración, se dice que exclamó radiantemente: “¡Qué maravilla! ¡Qué maravilla!”
Implica que, antes que nada, estaba emocionalmente iluminado. Hasta ese momento había estado desanimado porque le parecía que todo a su alrededor era un enemigo o un demonio.
Era desagradable. Se sentía separado del mundo, solitario. Pero una vez despertó, descubrió que estaba rodeado de todo tipo de tesoros preciosos brillando esplendorosamente. Podía sentirse íntimamente conectado con todas las cosas del mundo. Ya no estaba solo. El mundo como un todo cambió radicalmente. El Buda Shakyamuni disfrutaba profundamente de esta unidad.
La puerta hacia esta transformación simultánea del yo y el mundo está también abierta para nosotros. Como practicantes descendientes de Dogen Zenji y Keizan Zenji, afortunadamente se nos ha enseñado una forma maravillosa y directa de realizar la Vía como el Buda Shakyamuni. Es practicar zazen. “Sentarse derecho, practicar zazen, es la auténtica puerta para liberarse en el reino no confinado de este samadhi “(Bendowa). Samadhi no es un estado mental especial, sino esta unidad dinámica y fluida del yo y el mundo.
Dogen Zenji describió esta transformación de la siguiente manera en el Bendowa:
Cuando alguien, incluso por un breve momento, se sienta derecho en la postura equilibrada de Buda que pone al cuerpo en forma correcta, se vuelve aparente que todo en el Universo exhibe también el mismo estado equilibrado, y que esta realización se extiende por todo del espacio. La práctica, entonces, nos devuelve al estado de gozo de Buda y confirmamos nuevamente cuán espléndida es la realidad. Todos los diversos estados de la mente y todas las diferentes condiciones físicas que los seres humanos atraviesan en sus vidas se disuelven inmediatamente, reemplazados por un estado de plenitud que es claro y puro. Ingresamos al estado libre de todo lo que dificulta nuestro libre actuar y volvemos a nuestro estado de equilibrio natural.
Experimentar y comprender lo que es auténticamente real se extiende a través de todas las cosas, y cada cosa asume su equilibrio y su forma natural. En este momento, sentados sublimemente en la misma postura que el Buda bajo el árbol de bodhi, cada cosa va más allá de los límites de lo que puede ser experimentado y entendido. En su estado de equilibrio, cada cosa en este momento está en sintonía con las enseñanzas de Universo y muestra el estado desnudo y profundo que existe antes de que el mundo sea conceptualizado. Como es un equilibrio dinámico entre el practicante y el mundo, funciona en ambas direcciones en formas que no podemos entender completamente, tal que nosotros, que estamos sentados en zazen, nos liberamos de la división entre el cuerpo y la mente, se cortan los distintos adoctrinamientos y pensamientos que hemos acumulado en el pasado, y así descubrimos la experiencia de la naturaleza real y pura de este mundo…
El 8 de diciembre, después de la Rohatsu, se realiza una ceremonia especial llamada Jodo-e para expresar nuestra profunda gratitud al Buda Shakyamuni. En la Declaración de la Asamblea de la Iluminación de Buda, hay una declaración sincero agradecimiento:
El octavo día de este mes, conmemoramos respetuosamente el momento en que nuestro Gran Benefactor y Fundador de la Doctrina, el Maestro Original, el Más Reverenciado Buddha Shakyamuni alcanzó la iluminación. Reverencialmente hemos preparado incienso, flores, lámparas y velas, agua caliente dulce, dulces, té y manjares especiales, y hemos hecho ofrendas con ellos. Respetuosamente reunidos en la presente y pura asamblea, hemos cantado el Ryō Gon Shu (Dharani Dai Bucchô Man Gyô Shu Ryôgon del Surangama Sutra). Con él, ofrecemos el excelente mérito acumulado para compensar las bendiciones compasivas de esta leche del Dharma.
Lo siguiente debe ser humildemente tenido en cuenta. Cuando jarras, platos, horquillas y pulseras se funden, se convierten en un solo metal; si no fuera por el fuego de la sabiduría, esto sería difícilmente posible. Cuando se afinan la guitarra, la cítara, el laúd y el arpa juntos, los seis tonos dominantes se pueden armonizar; pero sin dedos sabios, ¿cómo podría lograrse? Este es el “propósito maravilloso” (es decir, la enseñanza) del Buda. Es cierto que todos los seres vivos cuenta plenamente con las características de la sabiduría y de la virtud del tathâgata (nyōrai), pero si El Gran Despierto no hubiera contado con los medios adecuados para revelar el engaño y el despertar de los seres vivos, la locura de Ennyadatta sería difícil de detener, y la joya en la frente del gran hombre hubiera caído en el olvido.
Ahora sabemos del logro de la Vía por la gran tierra y los seres sintientes, y somos plenamente conscientes de la causa directa de la inherente naturaleza búdica.
Que la iluminación de la sabiduría brille por mucho tiempo, y que la llama de una sola lámpara se transmita a cientos y miles de lámparas. Que el viento de la Vía sople por mucho tiempo en este mundo y alcance a los innumerables mundos…
Jodo-e es una oportunidad importante de comprometernos a renovar nuestro esfuerzo y compromiso de seguir la Vía del Buda.
