La mente está a nuestro servicio, es una función, no una entidad. Si vemos cómo funciona, seremos capaces de hacer algo al respecto. El factor que nos libera es la comprensión. En la comprensión no existe el querer ser, sino el pleno desarrollo del Ser.
Así pues, hemos de atender el contenido de la mente y explorar nuestras propias tendencias y dudas, indagar en ellas de manera tranquila y constante con el fin de dejar partir todo lo que no es verdadero y auténtico.