El Maestro Kodo Sawaki respetaba infinitamente al maestro Ryokan: afirmaba que Ryokan era el primer monje de la historia japonesa. Actualmente su popularidad es aún más grande y suscaligrafías son raras y preciosas.Ryokan no era un halagador: sin miedo, sin ansiedad, inocente y cándido como los niños, nodependía de nada... sin templo... sin dinero, vivía en una libertad total y justa. Alguien le pedía una caligrafía y él se la hacía... poco importaba a quien...Vivía en la provincia de Nagano, cerca del templo de Teisho-ji.Un día, el shogun de la provincia invitó a Ryokan a una gran velada con numerosas geishas. Antiguamente, en el Japón, los monjes no podían consumir ni carne, ni pescado, ni saké... ¡¡solamente hacerlo a escondidas!! A lo largo de la velada, las encantadoras geishas se mostraron muy solícitas con él:—¿Quiere usted un poco de estos manjares perfumados deliciosamente? ¿Quiere usted beber unpoco de agua de la sabiduría? —Intencionadamente hablaban con palabras veladas.—Sí —respondía Ryokan bebiendo saké y degustando los platos. Al final del banquete, el gobernador de la provincia le dijo:—Quiero construir un gran templo, le pido que sea usted el superior. ¿Acepta? Ryokan huyó a toda prisa...En otra ocasión, Ryokan, al que le gustaban mucho los niños, jugaba con ellos al"escondite". Una de las veces se escondió en un establo. Cuando cayó la noche, los niños volvieron a sus casas. Ryokan, jugando aún y oculto, pidió al granjero, que fue a encerrar sus vacas, que no hiciera ruidos.—¡Qué viene el lobo...!Una noche, un ladrón entró en su pequeña ermita y no encontró nada que llevarse, pero vio a Ryokan dormido bajo su manta. Inmediatamente se apoderó de ella y huyó.El frío despertó a Ryokan que estornudando advirtió que su manta le había sido robada...La Luna brillaba magnífica en el cielo y Ryokan podía verla desde su ventana. Entonces compuso este poema que se hizo célebre:¡Oh! maravilla La Luna tan bella iluminando mi ventana ¿Por qué no se la ha llevado el ladrón? Ningún acontecimiento, fuera cual fuera, podía su tranquilidad interior.