KOUN EJO: Sucesor del
maestro Dogen
Koun Ejo 孤云懐奘 (1198-1280), fué discípulo y sucesor del
Maestro Dogen
Komyozo Zanmai
El samadhi del granero
de la gran sabiduría
Siento un profundo
respeto, que nace desde lo más recóndito de mi compasión, por ustedes que
continúan la práctica de zazen en el estado de espíritu que voy a describir:
Sin intentar obtener
nada, sin ninguna meta; sin dejarse influir por vuestra inteligencia personal;
sin mostrar suficiencia por la experiencia que han adquirido en el dojo.
Con toda la energía de
vuestro cuerpo y de vuestro espíritu, penetren totalmente en komyozo, sin dar
vuelta hacia atrás para mirar el tiempo.
No busquen el satori.
No escuchen los
fenómenos ilusorios (mayoi).
No detesten los
pensamientos que aparecen, tampoco los amen, y, sobre todo, no los alimenten.
De todas maneras, sea
lo que sea, deben practicar la gran postura sentada aquí y ahora.
Si no alimentan los
pensamientos, estos no vendrán por sí mismos.
Abandónense a la
espiración y dejen que la inspiración venga en un armonioso ir y venir, no hay
más que un zafu vacío bajo el cielo, soportando el peso de una llama.
Si no esperan nada de
lo que hacen, si no consideran cosa alguna, pueden cortar con todo, solamente
por zazen.
Aunque las ochenta y
cuatro mil ilusiones vayan y vengan, si no les dan importancia, si pueden
abandonarlas a sí mismas, en ese momento, de cada uno de ellas, de una tras
otra y de todas juntas, podrá surgir el maravilloso misterio del granero de la
gran sabiduría.
No existe solamente el
komyo del momento de zazen.
También está aquel
que, paso a paso, acto tras acto, os hacer ver progresivamente que cada
fenómeno puede realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra
inteligencia propia y de vuestros pensamientos personales.
Tal es la verdadera y
auténtica certificación que existe sin molestar la manifestación de komyo.
Es el poder espiritual
del no actuar de la luz que se ilumina por sí misma.
Este komyo es
originariamente no sustancia, no existencia.
Por ello, aunque
muchos Budas lo realicen en este mundo, no son de este mundo.
Y, estando en el
nirvana, no están en el nirvana.
En el instante de
vuestro nacimiento, komyo no existía. En el de vuestra muerte, no desaparecerá.
Desde el punto de
vista de Buda, no aumenta. Desde el punto de vista de los sentidos, no
disminuye.
Así como cuando tienen
ilusiones o dudas, no pueden hacer la pregunta correcta, cuando tienen el
satori no pueden expresarlo.
En ningún momento
consideren nada con vuestra conciencia personal.
Durante las
veinticuatro horas del día, mantengan la calma y la gran tranquilidad de los
muertos. No piensen en nada por ustedes mismos.
Así, al practicar la
espiración y la inspiración, vuestra naturaleza profunda y vuestra naturaleza
sensitiva, inconsciente y naturalmente, serán no saber, no comprensión.
Entonces, todo podrá
volverse naturalmente calmo, esplendor de komyo, en la unidad del espíritu y
del cuerpo. Por eso, cuando lo llamamos, debería responder rápidamente.
Un solo y mismo komyo
armoniza en un todo a la gente del satori y la de las ilusiones.
Así, aunque se muevan,
este movimiento no debería perturbarlos.
De esta forma el
bosque, las flores, las briznas de hierba, los animales, los seres humanos,
todos los fenómenos (ya sean largos, cortos, cuadrados o redondos) podrán
realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia
propia y de la acción personal de vuestro pensamiento.
No se apegen ni a las
ropas ni al alimento ni a la casa.
No sucumban al deseo
sensual o al apego del amor que son prácticas animales.
Inútil interrogar a
los demás sobre komyo, pues su komyo no tiene utilidad alguna para ustedes.
En el origen, este
samadhi es el santo dojo, el océano de todos los Budas.
Es entonces el más
grande y el más santo de todos los asientos transmitidos directamente de Buda
en Buda a través de la santa práctica universal.
Puesto que ahora son
discípulos de Buda, deben hacer zazen tranquilamente en su zafu.
No se sienten en el
zafú infernal, el zafú gaki, animal o asura, ni tampoco en el de los shomon o
de los engaku.
Practiquen solamente shikantaza.
No pierdan el tiempo.
Es lo que se llama el
auténtico espíritu del dojo, el verdadero komyo samadhi, el maravilloso y
espléndido satori.
Este texto sólo debe
ser leído por los verdaderos discípulos del Maestro Dogen, aquellos que están
autorizados a entrar en su habitación.
Lo he escrito para mis
compañeros de zazen, para que no haya puntos de vista erróneos, para
perfeccionarme a mí mismo y para educar a los demás.
Escrito por Ejo, bajo
el reinado del emperador Gouta. Con el más profundo respeto, en el templo
Eihei-ji el 28 de agosto de 1278