Dogen Zenji describe esta transformación de Buda Shakyamuni la siguiente manera en Bendowa:
Cuando alguien, aunque sea por un breve instante, se sienta con la espalda recta en la postura equilibrada del Buda que equilibra el cuerpo, se hace evidente que todo en el Universo también exhibe el mismo estado de equilibrio. Así, esta toma de conciencia se extiende por todo el espacio. La práctica, entonces, nos devuelve al estado de gozo del Buda y confirmamos de nuevo lo espléndida que es la realidad. Todos los diversos estados de la mente y todas las diferentes condiciones físicas que los seres humanos atraviesan en sus vidas se disuelven inmediatamente y se sustituyen por un estado de plenitud, claro y puro. Entramos en un estado libre de todo lo que obstruye nuestro actuar libremente y retornamos a nuestro estado de equilibrio natural. Experimentar y entender lo que es auténticamente real se extiende a través de todas las cosas y cada cosa adquiere su forma equilibrada y natural. En este momento, al sentarse a meditar en el estado supremo y en la misma postura que el Buda bajo el árbol de Bodhi, cada cosa sobrepasa los límites de lo que puede ser experimentado y comprendido. En su estado de equilibrio, en este instante cada cosa se encuentra en sintonía con las enseñanzas del Universo y muestra el estado profundo y desnudo que existe antes que el mundo sea conceptualizado. Debido a que es un equilibrio dinámico entre el practicante y el mundo, funciona en ambas direcciones en formas que no podemos comprender plenamente. Por ello, nosotros, que estamos sentados en zazen, nos liberamos de la división entre cuerpo y mente, eliminamos los diversos adoctrinamientos y pensamientos que hemos acumulado desde el pasado. Por lo tanto, descubrimos en la práctica la naturaleza real y pura de este mundo ...