martes, 6 de septiembre de 2022

Sawaki

El Dharma del Buda no consiste en hacer esfuerzos sobrehumanos. El Dharma del Buda comienza allí donde nosotros, personas corrientes, dejamos de luchar contra nosotros mismos.
La Vía del Buda no conduce al paraíso. Consiste sencillamente en no extraviarse con quimeras y en no volverse loco.
Practicar la Vía significa simplemente descongestionar la cabeza. Se trata de amasar a fondo los conceptos rígidos e ideas persistentes que tenemos en la cabeza. Sólo cuando no nos aferremos a absolutamente ninguna cosa tendremos una “mente suave y dócil”.
Abre los cerrojos de tu mente, cambia conceptos...muévete.

Kodo Sawaki Roshi

viernes, 2 de septiembre de 2022

La postura de zazen ha descendido de los cielos.


por Sodo Yokoyama
En el verano de 1979, cuando era estudiante de doctorado en la Universidad de Tokio, organicé un retiro de un fin de semana de estudio para un grupo de mis compañeros del Departamento de Psicología. Dejamos el calor y la congestión de Tokio por el aire fresco de la montaña de Komoro, en la prefectura de Nagano.
Una tarde nos dimos un paseo por las ruinas de Parque Conmemorativo del Castillo de Komoro. Caminando, vimos a un extraño anciano, sentado perfectamente recto y tranquilo, bajo su carpa, frente a un brasero de carbón portátil. Su porte digno era inconfundible. Lo observé durante un momento. Me estaba preguntando si este viejo estaría sentado en zazen, cuando rápidamente echó un vistazo hacia nosotros. Arrancó una hoja de una rama de un árbol cercano. Con dos dedos la apretó plana contra sus labios y silbó una simple, inquietante melodía. No estábamos muy seguros de qué hacer, así que simplemente continuamos nuestro camino. Alguien en nuestro grupo dijo que «[el anciano] estaba tocando una flauta de hierba. Muy inusual para un mendigo sin hogar… «
La visión y el sonido de este anciano me causó una fuerte impresión, aunque no supe por qué en ese momento. De vuelta en Tokio, una noche, después de nuestra clase de ejercicios de Noguchi, lo comenté a algunos amigos míos. Una mujer parecía reconocer al hombre de quien estaba hablando. «¡De Verdad! Suena al viejo monje de los patrocinadores de mi tío. Se llama Sodo Yokoyama. Es un discípulo del gran Roshi, Kodo Sawaki. He visto su caligrafía y su escritura. Todo el mundo lo llama el Zenji de la flauta de hierba. Me pregunto si en verdad se trataba de él. Me hubiera gustado que hubieseis hablado con él…»
Estaba muy decepcionado por perder la oportunidad de hablar con el viejo monje, pero estaba decidido a volver a Komoro durante el próximo retiro de estudios, el siguiente agosto, y verlo. Es triste decirlo… pero murió varios meses más tarde y perdí la oportunidad de hablar con él, para siempre.
El karma trabaja de forma misteriosa… Durante el primer verano que entré en el templo Antaiji, me encontré con el protector de Yokoyama Roshi, Masakichi Nakamura, el hombre que mi amiga de Tokio había mencionado. Él y sus hijos vivían en Tokio, pero estaban de visita unos días en Antaiji ese verano. Yo era un monje principiante y me asignaron el trabajo de niñera de los hijos de vez en cuando, así que después de un tiempo llegué a tener un buen conocimiento de la familia.
A partir de entonces, cada vez que tenía ocasión de ir a Tokio, me invitaban a hospedarme en la casa de los Nakamura. En el transcurso del tiempo, el Sr. Nakamura me mostró algunos ejemplos extraordinarios de la caligrafía y las cartas de Sawaki Roshi y Yokoyama Roshi. Y me contó muchas historias acerca de esos grandes maestros Zen, sobre sucesos de los que él mismo había sido testigo o había oído hablar. No puedo decir cuánto, como monje principiante, me inspiró escuchar las historias de estos grandes roshi, ambos tan íntimamente relacionados con Antaiji.
Me mudé al Zendo Valley en los Estados Unidos en 1987, y en 1990 regresé a Japón por primera vez en tres años. En ese viaje visité el monumento en memoria de Yokoyama Roshi, en las Ruinas del Parque Conmemorativo del Castillo Komoro , con mi maestro Koho Watanabe Roshi. En el mismo viaje visitamos a Joko Shibata, el único discípulo de Yokoyama Roshi, quien compartió sus recuerdos de Yokoyama Roshi con nosotros.
Te estoy diciendo estas cosas no simplemente para compartir mis recuerdos personales contigo, sino para presentarte la vida y el pensamiento del extraordinario monje Sodo Yokoyama Roshi (1907-1980). Me gustaría que te familiarizaras con este hombre con quien comparto fuertes lazos kármicos, y para presentarte el zazen del maestro Zen que acuñó la frase zaso korin —la postura de Zazen ha descendido del cielo. […]
Como no tuve oportunidad de hablar o practicar con Yokoyama Roshi directamente, sólo puedo inferir su comprensión de zazen de las obras que nos dejó. Al leer sus libros puedo ver que Yokoyama Roshi asimiló a fondo las enseñanzas de Sawaki Roshi, y practicó shikantaza de todo corazón. Resulta claro para mí que, debido a su sincero deseo de transmitir la práctica de zazen y la vía del Buda de manera correcta a las futuras generaciones, profundizó su práctica continuamente.
Es evidente que Yokoyama Roshi heredó verdaderamente la tradición de Sawaki Roshi, tanto en su dedicación total a la práctica de zazen, como en su fertilidad como creador de su único «Notas a pie página de zazen». La lista de expresiones acuñadas de Yokoyama Roshi es larga, y transmite claramente lo bien que entendió, absorbió y practicó zazen. Algunas de sus expresiones son aforismos, otras son términos técnicos. Ambas ayudan a comunicar su comprensión de una manera fresca, lúcida. Sus expresiones son muy inusuales, incluso en japonés. Entre las expresiones que él creó están:
«Zaso yuishiki» – zazen trata acerca de la forma
«Bannsho rinen» – los fenómenos son independientes del pensamiento
«Miyabi sin zazen» – la gracia de zazen
«Mihotoke zaso» – la postura de zazen es Buda
«Hishi sin ryo» – la sustancia del no-pensamiento
Hay muchos más. De todas sus expresiones la declaración zaso korin —la postura de zazen ha descendido de los cielos– revela más completamente su profunda comprensión de zazen.
Yokoyama Roshi hablaba a menudo de la época en que tenía cerca de 28 años de edad, antes de ser ordenado monje. Estaba sentado en zazen solo en las montañas, cuando de repente un faisán apareció. El faisán se detuvo y se le quedó mirando. De haber estado de pie el faisán seguramente habría huido. Pero como estaba sentado en zazen, el faisán no debió ser capaz de reconocer que era un ser humano, por lo que el faisán se le quedó mirando, tal vez tratando de saber qué era. Yokoyama siempre dijo que a partir de su «experiencia faisán» aprendió, de manera intuitiva, lo que realmente es shikantaza.
Su maestro, Kodo Sawaki Roshi, tuvo una experiencia muy similar cuando era un joven. Cuando Kodo Sawaki tenía diecisiete años, siendo un principiante y aún sin estar completamente ordenado, fue enviado para ayudar a realizar un servicio en un templo cercano. Hacía poco que había aprendido a sentarse zazen. Cuando hubo terminado con sus deberes ceremoniales, se sentó en zazen solo en su habitación. De repente, una mujer de edad irrumpió en la habitación. Esta mujer trabajaba para el templo, supervisando el trabajo de los principiantes, y tenía la costumbre de conducir a este particular joven monje muy duramente. Suponiendo que la habitación estaba vacía, deslizó la puerta corredera y pasó.
Tan pronto como lo vio sentado en posición de loto, hizo gassho y se inclinó profundamente ante su postura de zazen. Se inclinó más fervientemente que si estuviera ante una estatua de Buda.
Cantó Namu Shakamuni Butsu, Namu Shakamuni Butsu
(Homenaje a Buda Shakyamuni).
Puesto que el joven novicio no tenía del todo formación académica en budismo, no tenía ninguna comprensión teórica de lo que trataba zazen . Sin embargo, esta mujer que le había estado tratando como a un esclavo todos los días, ahora le estaba adorando como lo haría a un Buda.
Sawaki Roshi decía que esta primera experiencia del misterio sagrado de la postura de zazen fue decisiva en formar la fe de toda su vida en zazen. Es significativo que estos dos grandes roshi, como monjes jóvenes, antes de su ordenación formal, tenían una idea de la postura de zazen como algo que está más allá de la conciencia individual. Ambos, Sawaki Roshi y Yokoyama Roshi, coincidieron en que «El camino del Buda es la fe en que la postura de zazen es Buda. Cuando nos refirimos a las cualidades de hishiryo (más allá del pensamiento) y muso munen (sin pensamiento, sin imagen) nos referimos a que la postura sentada está más allá del pensamiento y no tiene ningún pensamiento, ninguna imagen, ninguna noción del «yo».
Nunca estaremos más allá del pensamiento, ni estaremos sin ningún pensamiento, ninguna imagen, el tiempo que vivamos. Lo que podemos hacer es sentarnos con la fe de que la postura de zazen en sí es Buda, que la propia postura de zazen está más allá del pensamiento, sin pensamiento, sin imagen. Shikantaza sólo concierne a la postura de zazen. La postura de zazen es la forma suprema de ser un ser humano».
La fe de Yokoyama Roshi en la postura de zazen era extremadamente profunda. Decía que «zazen y el universo eran congruentes». Que «fue la postura de Zazen como el universo entero la que descendió a las estribaciones de la cordillera del Himalaya (donde nació Buda), como diciendo: Esta es mi forma de ser». En pocas palabras, podemos decir zaso korin: La postura de zazen ha descendido del cielo. Tendemos a pensar que estamos sentados zazen. Este no es el caso. El universo entero está sentado en zazen».
Yokoyama Roshi nos está diciendo que en zazen podemos confiar tan solo en la postura sentada. Está diciendo que el budismo, como fuente de la sabiduría, no es esencial. Cuando no hay nada, sólo la postura de zazen, un faisán se detendrá y mirará a zazen. Zazen es sólo sentarse. Si nos sentamos, es todo lo que hay. Por lo tanto, zazen está disponible para todo el mundo. Simplemente hay que enseñar a la gente los elementos de la postura correcta de zazen —cruzar las piernas así, mantener las manos así, estirar la espalda, meter la barbilla– es suficiente. Yokoyama Roshi estaba citando la Biblia (Mateo 5-37) cuando dijo: «Di sí cuando quieras decir sí, y no cuando quieras decir no. Otra cosa fuera de esto, del mal procede».
En la Colección de Ensayos Anuales, publicados por Antaiji en 1976, Yokoyama Roshi escribió: «Quisiera retomar zaso korin en palabras ligeramente diferentes: Una flor en flor o un ser humano pensando son eventos que se producen en una escala cósmica. Si nos fijamos en los seres humanos desde el punto de vista de las estrellas, podemos ver que los seres humanos son sólo una parte del universo.
Los árboles, las flores, los seres humanos y de todas las acciones humanas están conectados a la totalidad del universo». Él nos está diciendo que en zazen adoptamos una postura en la que aceptamos el hecho de que estamos conectados a la perfección con todo el universo; inmediatamente y naturalmente nos conformamos a ella con nuestro propio cuerpo-mente.
También está diciendo que una persona sentada y respirando en la postura de loto es la hierba, un árbol, un pájaro, una vida —la persona es el mundo, la persona es keisei sanshiki, la voz de los valles, la forma de las montañas. El universo mismo.
Esto podría sonar como algo grandioso, como una fantasía muy alejada de la realidad de la vida diaria. Sin embargo, será útil recordar que Shigeo Miki afirmó esencialmente la misma idea, basándose en la evidencia de un campo de exploración muy diferente del budismo. Yo personalmente siento una fuerte necesidad de reconsiderar el budismo desde las líneas marcadas por Yokoyama Roshi y Shigeo Miki.
Zazen como zaso korin puede ser practicado por cualquiera. Cualquier persona que realmente practique zaso korin puede experimentarlo inmediatamente y entenderlo. El resto de la vida de uno decía Yokoyama Roshi, puede vivirse de una manera armoniosa con las tradiciones y el carácter de su país.
El gran reto es conseguir que los practicantes entiendan y acepten que es la postura de zazen lo que es precioso. No es su propio cerebro o su personalidad lo más valioso. Para alguien como yo, cuya vida se centra en zazen, los últimos 22 años de vida de Yokoyama Roshi que pasó en las Ruinas del Paque Conmemorativo del Castillo Komoro —él llamaba a este lugar el Templo del Cielo Azul en la Montaña del Sol– es un faro que ilumina mi camino. Estoy profundamente agradecido por las conexiones kármicas que me permitieron ver a Yokoyama Roshi, aunque fuera por sólo cinco minutos, más o menos, antes de convertirme en monje en Antaiji, el templo con el que estaba tan estrechamente conectado.
Issho Fujita

domingo, 28 de agosto de 2022

Textos y cafe




33. LA MANO DE MOKUSEN
Mokusen Hiki vivía en un templo en la provincia de Tamba. Uno de sus adeptos se quejaba de la tacañería de su esposa.
Mokusen visitó a la mujer del adepto y le mostró su puño cerrado.
«¿Qué quieres decir con eso?», preguntó la mujer sorprendida. «Imagina que mi puño siempre estuviera así. ¿Cómo lo llamarías?», preguntó él.
«Deforme», replicó la mujer.
Entonces él abrió su mano plana ante la cara de ella y dijo: «Imagina que siempre estuviera así. ¿Cómo lo llamarías?».
«Otro tipo de deformidad», dijo la esposa.
«Si puedes comprender todo esto», concluyó Mokusen, «eres una buena esposa». Y se marchó.
Tras su visita, esta esposa ayudó a su marido tanto a ahorrar como a administrar.

VACÍO Y SOLEDAD

VACÍO Y SOLEDAD
Extracto de una conferencia del Dharma impartida por el maestro Sheng Yen (Shih-fu) el domingo 4 de enero de 1981.
¿Existen realmente los fenómenos de la mente y de la materia? Si fuéramos a analizarlos a fondo, veríamos que su existencia es sólo temporal. Pero, ¿esta existencia temporal (falsa) es realmente inexistente? Si fuéramos a separar todos los momentos del tiempo el uno del otro, podríamos ver que el tiempo no existe realmente. Esto es igualmente verdadero para el espacio. Si siguiéramos dividiéndolo en partes cada vez más pequeñas, no encontraríamos la verdadera existencia del espacio. Pero, por el otro lado, la conexión entre diferentes momentos en el tiempo sí existe y las relaciones espaciales entre masas existen también.
Por lo tanto, las personas que no comprenden el Dharma del Buda podrían tener una de las dos ideas falsas sobre el vacío. La primera, el vacío desde el punto de vista temporal es llamado el “vacío de terminación y extinción.” Aquellos que sostienen este punto de vista piensan que las cosas simplemente aparecen y desaparecen espontáneamente, sin un evento en el pasado, causando un resultado en el presente y sin un evento en el presente causando un resultado en el futuro. Esto es la vacuidad de la relación temporal. El otro tipo de la idea falsa del vacío puede ser llamado el “sentido del vacío extraño.” Esto es el vacío desde un punto de vista espacial. Uno ve los fenómenos del mundo como completamente ilusorios, por lo tanto, no necesitan ser tomados seriamente. Es muy probable que las personas que tienen cualquiera de estas dos concepciones falsas tengan problemas morales o éticos, y que les falte un foco central en sus vidas.
Desde el punto de vista del Dharma del Buda, el vacío es algo muy diferente. Cualquier acto que haya sido realizado en el pasado genera un resultado en el presente; cualquiera que sea realizado en el presente generará un resultado en el futuro. Pero si dividiéramos el tiempo en sus muchos segmentos, entonces la existencia sólo puede ser verdadera para ese segmento. No es real en ese sentido. Y puesto que el tiempo está continuamente cambiando, las causas están cambiando y los efectos también están cambiando. No hay ninguna consecuencia invariable, ni hay una causa invariable. Por lo tanto, es vacío. Pero causa y efecto todavía están allí.
Pregunta: En las obras budistas dicen que el Nirvana no es un efecto que puede lograrse a través de algún tipo de causa. Si el Nirvana se considera como el verdadero estado de realidad, supone entonces que alguien que alcanza este estado está exento de causa y efecto. ¿Es así?
El Nirvana no es una cosa. El Nirvana es el estado en el que experimentas, comprendes, y reconoces personalmente que todo es vacío. A través de la práctica, gradualmente llegas a experimentar que no hay un espacio o tiempo real al que puedas aferrarte. De este modo puedes decir que el Nirvana es el resultado de la práctica, pero no es un resultado de algo que se convierte en otra cosa. 
Si ocurren ciertas cosas, no podemos decir que dichas cosas no ocurren. Si sólo ignoramos el hecho de que estas cosas ocurrieron, entonces caemos en el punto de vista llamado el “sentido de la vacuidad extraño.” Pero, por el otro lado, también comprendemos que cualquier cosa que ocurra no es algo externo, o invariable. Así que no hay necesidad de tomarlo demasiado seriamente o de crear un apego por ello. Si tenemos un apego , tenemos entonces una aflicción. 
Si te aferras a los puntos de vista falsos del vacío y si niegas la ley de causas y efectos, entonces estás en una situación muy peligrosa. Podrías pensar que todos los fenómenos son irreales y que no tienes que practicar la moralidad en tu comportamiento. Sin un sentido de responsabilidad, crearás muchos karmas negativos y sufrirás de sus consecuencias. Tener apego a la existencia te dará aflicciones, pero tener apego a los puntos de vista falsos te dará problemas aún más grandes. Si, esforzándote por evitar el apego a la existencia, caes en la trampa de los puntos de vista falsos del vacío, entonces es como alguien que tiene miedo de ahogarse y entonces se lanza al fuego. Desde el punto de vista budista, tenemos que tomar el Camino Medio, es decir, en el vacío hay existencia y la existencia por sí misma es vacía.
P: ¿Un practicante necesariamente tiene que pasar por épocas en las que tiene las dos concepciones falsas del vacío?
No necesariamente. Depende de si obtiene la orientación adecuada. Es posible que eso ocurra, especialmente en las personas que no tienen un buen conocimiento básico del Budismo. Una estudiante, después de regresar a casa luego de su primer retiro,, pensaba que la vida era algo pesado y sin sentido. Quería regalarlo todo, romper todos sus contactos con el mundo, y practicar por sí misma Más tarde tomó prestados y leyó muchos libros del Centro y en el tercer retiro cambió su actitud y realmente estaba abierta a la vida y al mundo. Otros han pasado por una etapa similar. La razón radica en que estas personas, a través de la práctica diligente, experimentaron una profunda sensación de vacío, a pesar de no tener suficiente entendimiento del Budismo como fundamento.
R: ¿De dónde viene esta sensación de profunda soledad?
Las personas que no pueden relacionarse con el mundo externo en cuanto al espacio y al tiempo, que no comprenden causas y efectos, y causas y condiciones, sentirán soledad. Cuando estaba en un retiro solitario, sabía que estaba junto a todos los seres sensibles en innumerables mundos. Aunque parecía que estaba solo en una habitación pequeña y cerrada, realmente estaba en compañía de muchas hormigas que encontraron su camino hacia adentro, y había muchos insectos alrededor de la choza que creaban todo tipo de sonidos por la noche. Cuando abrí los sutras, las personas que vivieron hace miles de años en el pasado estaban hablando conmigo. ¿Cómo podría sentirme solo? Algunas personas piensan que debo sentirme solo, siendo un monje sin esposa y sin hijos. No, en absoluto. Tengo los cinco preceptos y las diez acciones virtuosas como mi esposa, y mis hijos son todas las personas con quienes he desarrollado una afinidad kármica y que me llaman “Shih-fu (maestro).” Son sólo las personas lastimosas que se encierran en sí mismas y no pueden establecer una relación con el mundo externo las que se sienten solas. Si te mantienes encerrado en tí mismo incluso viviendo entre miles de personas, aún te sentirás muy solo. Por otra parte, si te mantienes abierto aunque vivas solo, tendrás una vida muy completa. Entonces, abre tu mente y trata a todo el mundo como si fuera un amigo tuyo, íntimo y virtuoso.

viernes, 26 de agosto de 2022

Textos y Cafe




56. EL SENDERO VERDADERO
Justo antes de que Ninakawa falleciera, el maestro zen Ikkyu le visitó.
«¿Debo guiarte en este paso?», preguntó Ikkyu.
Ninakawa respondió: «Vine aquí solo y solo me iré. ¿De qué podría servirme tu ayuda?».
Ikkyu contestó: «Si piensas que realmente vienes y vas, ésa es tu ilusión. Permíteme mostrarte el camino en el que no hay idas ni venidas».
Con sus palabras, Ikkyu había revelado tan claramente el sendero, que Ninakawa sonrió y murió.

jueves, 25 de agosto de 2022

Textos y cafe



49. EL BUDA DE LA NARIZ NEGRA
Una monja en busca de la iluminación creó una estatua de Buda y la cubrió con un baño de oro. Dondequiera que fuese, siempre llevaba consigo su Buda dorado.
Pasaron los años y, llevando siempre el Buda consigo, la monja fue a vivir a un pequeño templo en el que había muchos budas, cada uno con su oratorio particular.
La monja quiso quemar incienso ante su Buda dorado. Pero, como le disgustaba la idea de que el perfume pudiera desviarse hacia los otros, consiguió un embudo a través del cual el humo sólo iba a su estatua. Esto ennegreció la nariz del Buda dorado, haciéndolo especialmente feo.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Textos y Cafe



"Son muchos los gobernantes que han visitado las montañas para homenajear a los sabios o pedir consejo a los grandes ascetas: los tratan como a maestros, sin importarles ya el protocolo del mundo cotidiano. El poder imperial carece de autoridad sobre los sabios en las montañas."
Dogen Zenji

Textos y Cafe




45. CORRECTO E INCORRECTO
Cuando Bankei guardaba sus semanas de retiro para meditar, pupilos de todas partes de Japón acudían a hacerle compañía. Durante una de esas reuniones, un pupilo fue sorprendido robando. El asunto se llevó a Bankei con la petición de expulsar al culpable, pero Bankei hizo caso omiso del asunto.
Poco después, el mismo discípulo fue sorprendido en un acto similar, y de nuevo Bankei se desentendió del tema. Ello enfureció a los otros discípulos, quienes redactaron una instancia solicitando la expulsión del ladrón, en la que manifestaban que de otro modo ellos se irían en bloque.
Cuando Bankei hubo leído la solicitud, llamó a todos sus discípulos. «Sois hermanos sabios», les dijo. «Sabéis lo que es correcto y lo que es incorrecto. Podéis ir a estudiar a otro lugar si ése es vuestro deseo, pero este pobre hermano ni siquiera sabe diferenciar correcto de incorrecto. ¿Quién le enseñará si yo no lo hago? Me quedaré aquí con él incluso si todos los demás os vais».

Un torrente de lágrimas inundó el rostro del hermano que había robado. Todo deseo de robar se había desvanecido. 

Su Shi

La vida no es sino un hotel, 
Yo también soy un viajero.

- Su Shi -

martes, 23 de agosto de 2022

Textos y Cafe



88. CÓMO ESCRIBIR UN POEMA CHINO
A un conocido poeta japonés le preguntaron cómo componer un
poema chino.
«El poema chino habitual se compone de cuatro versos», explicó.
«El primer verso contiene la fase inicial; el segundo verso, la continuación de esa fase; el tercer verso cambia de tema y comienza uno nuevo, y el cuarto verso sintetiza los tres anteriores».
Una canción popular japonesa lo ilustra del siguiente modo:
Dos hijas de un comerciante de seda viven en Kioto.
La mayor tiene veinte años, la menor, dieciocho.
Un soldado podría matar con su espada.
Pero estas muchachas matan a los hombres con sus ojos.

Textos y Cafe

Henri Ellenberger, historiador de la psiquiatria observa que la tendencia natural de la mente consiste en vagar hacia el pasado y hacia el futuro y , en consecuencia, se requiere de cierto esfuerzo para mantener la atencion centrada en el presente .

La meditacion es un adiestramiento que apunta precisamente hacia ese objetivo. 

El resultado del proceso es una frescura perceptual centrada en el presente que ha sido descripta de diferentes modos como aquello que el budismo denomina "atencion plena" , el hinduismo "anuragga " , el cristianismo "sacramento del momento presente ", Steiner " trago del olvido "( un acto en el que nos despojamos del pasado y nos renovamos de instante en instante ); segun Maslow , el rasgo mas distintivo de las personalidades realizadas .

lunes, 22 de agosto de 2022

Textos y Cafe



83. QUIEN NO TRABAJA, NO COME
Hyakujo, el maestro zen chino, acostumbraba a trabajar con sus discípulos, Incluso cuando contaba ochenta años, arreglaba los jardines, limpiaba el terreno y podaba los árboles.
Los pupilos sentían lástima al ver al anciano maestro trabajando tan duramente, pero sabían que no les escucharía cuando le aconsejaran detenerse, así que escondieron sus herramientas.
Ese día, el maestro no comió. Al día siguiente tampoco comió, ni al siguiente. «Puede que esté enfadado porque hemos escondido sus herramientas», pensaron los pupilos. «Será mejor que las devolvamos a su sitio».
El día que lo hicieron, el maestro trabajó y comió igual que siempre.
Por la tarde, les dijo: «Quien no trabaja, no come».

Cuando despertó...

"Cuando despertó...

 Se dio cuenta...
 Que ya no tenía nombre ni número...

 No se lo vio mas...
 ni entre los hombres...
ni en el mercado del mundo...

Ningún «ojo» banal ya lo pudo volver ver...
Salvo, por algunos pocos, que hicieron del 'silencio' su refugio...

Y éstos, ya no caminan, dónde muchas almas se van confundiendo, por los ruidos hipnóticos y de las voces estridentes, de una civilización que naufraga, sin vela ni timón...

Samādhi trae un estado de calma.

Samādhi trae un estado de calma.

 Cuando hacemos eso a menudo, la calma penetra y se adentra profundamente y se convierte en parte de nuestra naturaleza. Cuando llega a ese nivel, tendemos a estar tranquilos todo el tiempo.

 Entonces, las kilesas no surgen fácilmente, y cuando lo hacen, se las ve por lo que son. Al final, cuando ese estado de calma se vuelve continuo, sentimos repulsión por un comportamiento lleno de kilesas y ni siquiera queremos estar asociados con él.

 Esa es una señal de que samādhi es firme y confiable por dentro. Samādhi debe ser lo suficientemente firme como para fijar toda nuestra atención en un objeto de meditación, como los sentidos o el cuerpo. Cuando establecemos nuestro enfoque mental en el cuerpo, por ejemplo, debemos ser capaces de mantenerlo únicamente en el cuerpo.

     Ajahn Panya

domingo, 21 de agosto de 2022

Textos y Cafe



51. MIJO AGRIADO
El monje cocinero, en el monasterio de Bankei, decidió que se ocuparía de la salud de su anciano maestro y le dio únicamente mijo fresco, una pasta de semillas de soja mezclada con trigo y levadura que frecuentemente fermenta. Bankei, notando que le habían servido mejor mijo que a sus pupilos, preguntó: «¿Quién es hoy el cocinero?».
Entonces Dairyo fue llevado a su presencia. Bankei escuchó que, conforme a su edad y posición, debería comer únicamente mijo fresco.
De modo que dijo al cocinero: «Entonces piensas que no debería comer en absoluto». Tras ello, fue a su cuarto y cerró la puerta.
Dairyo, sentado fuera de la puerta, pidió perdón a su maestro. Bankei no respondió. Durante siete días, Dairyo se sentó fuera y Bankei dentro.
Finalmente, desesperado, un discípulo habló en voz alta a Bankei:
«Puede que tengas razón, anciano maestro, pero este joven discípulo tiene que comer. ¡No puede estar sin comer para siempre!».
Ante esto, Bankei abrió la puerta. Estaba sonriendo. Le dijo a Dairyo: “Insisto en comer la misma comida que el último de mis seguidores. Cuando te conviertas en el maestro, no quiero que olvides esto».

sábado, 20 de agosto de 2022

Maestro Sheng Yen

¿CÓMO SUPERAR EL NACIMIENTO, EL ENVEJECIMIENTO, LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE?
Buda Shakyamuni, pudo alcanzar la Budeidad porque observó y experimentó que las personas son incapaces de superar este proceso y fenómeno, porque cuando hay nacimiento siempre habrá envejecimiento. El proceso de la vida implica envejecimiento y al final está la muerte. Nadie puede evitarlo. Cuando hay nacimiento, siempre habrá muerte. Surgir/perecer o nacer/morir son las dos faded de un cuerpo. En el principio, está el nacimiento; al final, está la muerte. En el proceso de la muerte, envejecemos diariamente; y en el proceso del envejecimiento, padecemos muchas enfermedades.
Una enfermedad puede ser tanto física como psicológica. En consecuencia, los seres sensibles sufren en este mundo en lugar de disfrutar y divertirse. ¿Existe la alegría? La alegría es transitoria y no dura para siempre. Y la alegría misma es el resultado del sufrimiento, el comienzo del sufrimiento es asimismo el resultado de la alegría. Así que sufrimiento y alegría son como hermanos siameses: ellos no pueden separarse. En realidad hay menos tiempo para disfrutar y más tiempo para sufrir. Hablemos de la comida por ejemplo. Cuando comemos, terminamos nuestra comida muy rápido, pero el proceso de producir, manufacturar y cocinar comida hasta el momento de ser consumida, es en cambio largo. Pero el comer nos lleva muy poco tiempo, la alegría es breve. Mientras disfrutamos, ya nos estamos dirigiendo hacia el sufrimiento, por lo tanto, el extremo de alegría es seguido por tristeza. La alegría y el sufrimiento van juntos, la alegría está apretujada entre sufrimientos. En un lado está el sufrimiento y en el otro está también el sufrimiento, mientras que en el centro está la alegría. ¿Cabría seguir considerando esta alegría aún cómo alegría? Esto sería como decir que hay fuego delante y fuego detrás. Aunque no haya fuego en el centro donde me hallo, ambos lados con fuego me aprisionan. Aunque el fuego no me queme, vivir amenazado por el fuego es ciertamente un sufrimiento.
Hay una razón para nacer y una razón para morir, no debemos angustiarnos por la vida y la muerte o estar atados por asuntos de nacimiento y muerte. Codiciar la vida es inútil y de todos modos usted morirá, incluso si le teme a la muerte: así es como es el sufrimiento en el Samsara, decimos que esto es vivir en el mar de los sufrimientos. Si no nos sentimos impotentes ante la vida y la muerte, la vida no será un notable y gozoso acontecimiento y la muerte no será vista como un hecho trágicamente ineludible o triste, esto es un fenómeno natural, un proceso vital, el proceso mismo de la vida es por consiguiente inevitable. Entonces, ¿Por qué siempre amamos la vida pero le tenemos miedo a la muerte? ¿A dónde nos lleva codiciar la vida y temerle a la muerte? Nos lleva al sufrimiento.
La vida, para nosotros, es un resultado. Nos valemos de este resultado con el fin de prepararnos para la muerte. Después de la muerte, hay un futuro, entonces la muerte misma no es tan temible. Es como ir a dormir esta noche: tienes que dormir porque usted está muy cansado, no hay razón por la que usted deba estar despierto. Después de dormir, al día siguiente cuando usted se despierte, será un nuevo comienzo.
Ahora fortalecemos nuestras reservas intentando ahorrar más, de modo que cuando morimos podemos llevar nuestros méritos con nosotros. ¿Cuales son esas cosas que se puede llevar consigo? Una es el karma positivo, y la otra el karma negativo. Podemos llevar con nosotros recompensas benditas y recompensas de felicidad, por ello no deberíamos preocuparnos de la muerte. Esta vida debemos emplearla en el trabajar duro para llevar más recompensa de karma positivo a nuestras vidas futuras, en realidad no hay que preocuparse. Es como decir que ahora vamos a emigrar a los Estados Unidos, podemos ganar más dinero y vivir con facilidad y comodidad en los Estados Unidos, o quizás después de ganar dinero en la region rural, podemos trasladarnos a la ciudad de Taipei para vivir con facilidad y comodidad. ¿No es esto estupendo? Ciertamente es más razonable ocuparse de los ahorros que preocuparse por lo que sucederá después de la muerte.
Considere si está usted ahora preparándose para llevarse algo consigo cuando llegue la hora de la muerte. No podemos llevar nuestras riquezas con nosotros, pero sí podemos llevar nuestros méritos. No hay ninguna cosa de este mundo que nos podamos llevar, pero sí podemos llevar nuestra compasión y sabiduría, así como nuestros méritos. Así que si acumulamos más méritos en este mundo, no tendremos por qué temerle a la muerte. Muchas personas piensan que el Budismo es pesimista, que está hablando siempre de los sufrimientos del nacimiento, el envejecimiento, la enfermadas y la muerte. Hay sufrimiento del nacimiento a la muerte. Todo es sufrimiento, mira cuán lamentable es. Hay sufrimiento y más sufrimiento, sufrimiento más allá de descripción. Entonces, ¿Cómo podemos acumular nuestros méritos para que podamos ser felices para siempre? Bueno, a dónde deseamos ir? Si deseamos renacer en una Tierra Pura del Buda, realizamos algún trabajo para ayudar a establecer primero una tierra Pura en la Tierra, y lo hacemos bien. Luego llevamos nuestros méritos a una Tierra Pura del Buda. Ese es un momento de verdadera alegría, es llamada Tierra de Gozo, la Tierra de Gran Felicidad del Buda Amitabha, este es nuestro lugar de asentamiento final. ¿Por qué deberíamos tenerle miedo a la muerte? El concepto Budista del nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte es optimista en lugar de pesimista.
~ Maestro Sheng Yen

Textos y Cafe

 



54. LA ÚLTIMA VOLUNTAD Y TESTAMENTO
Ikkyu, un famoso maestro zen de la era Ashikaga, era el hijo del emperador. Cuando era muy joven, su madre se marchó del palacio
fue a un templo a estudiar zen. De este modo el príncipe Ikkyu se convirtió a su vez en estudiante. Cuando su madre falleció, le dejó una carta. Decía:
Para Ikkyu:
He finalizado mi misión en esta vida y regreso ahora a la Eternidad.
Deseo que te conviertas en un buen estudiante y que realices tu naturaleza búdica. Sabrás así si estoy en el infierno y si siempre estoy contigo o no.
Si te conviertes en un hombre que comprende que Buda y su seguido Bodhidharma son tus servidores, podrás dejar el estudio y trabajar por la humanidad. Buda predicó durante cuarenta y nueve años y en todo ese tiempo no consideró necesario decir una sola palabra. Deberías saber por qué. Pero si no lo sabes y deseas saberlo, evita pensar infructuosamente.
Tu madre, No nacida, No muerta.
Primero de septiembre.
P.D. Las enseñanzas de Buda tenían como propósito principal la iluminación de los demás. Si dependes de alguno de sus métodos, no eres más que un insecto ignorante. Existen 80.000 libros sobre budismo, y si los leyeras todos y aún no vieras tu verdadera naturaleza, no comprenderías ni siquiera esta carta. Ésta es mi última voluntad y mi testamento.

viernes, 19 de agosto de 2022

Ts’ao Tch’e

Al este y al oeste, por las cien veredas,
Al norte y al sur, por los mil caminos,
Pienso en volver, pero el viento me lleva,
Levantándome hacia las nubes.

Me resigno a recorrer el cielo;
De pronto caigo, ahogándome en las fuentes;
Otra ráfaga me recoge,
Siguiendo mi viaje entre los campos.

Quisiera ir al sur y voy al norte,
Pienso ir al este y vuelvo al oeste,
Sin rumbo, ¿en quién me apoyaré?
Desaparezco de pronto, pero parto siempre.

- Ts’ao Tch’e -  
 (192-232)
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