lunes, 3 de abril de 2023

000 El Sutra de Hui-Neng

 



El Sutra de Hui-Neng - Parte 1

Sexto Patriarca del Budismo Zen
Traducido por la Rev. Yin Zhi Shakya,
Introducción por la Traductora al Español "Ver, es el propósito de la vida. - Hui-Neng Hui-Neng es el Sexto y último Patriarca del Budismo Zen (638-713), y se le considera el fundador de la Escuela Sureña del Zen. Hui-Neng vivió durante el tiempo de la dinastía de T'ang (619-906), que frecuentemente se considera el apogeo de la cultura China.
El desarrollo del Budismo Chino fue particularmente marcado durante esta era, ayudado por el patronato imperial. Hui-Neng se refirió a sus enseñanzas como las enseñanzas de lo inmediato, ellas están fundamentadas en el discernimiento directo de la naturaleza esencial del conocimiento. Como una prueba o demostración de su importante participación en la tradición Zen, su biografía junto con sus conferencias es el único manuscrito al que se le ha honrado con el nombre de sutra o "escritura", una palabra que sólo se usa para las enseñanzas del Buda, en la literatura Budista, como fueron narradas por Ananda.
¿Qué es un sutra? Hui-Neng mismo describió la palabra 'sutra' en sus "Comentarios del Sutra Diamante" como la expresión de los sabios, que le enseña a las personas que la escuchan, a trascender lo profano y realizar lo sagrado, deteniendo así la confusión para siempre. Se dice tradicionalmente que Hui-Neng había sido un leñador analfabeto del área de la frontera. Él obtuvo la iluminación cuando era un hombre joven y sin importancia, y sigue la historia diciendo, que heredó el rango Sexto Gran Patriarca del Budismo Zen. Subsecuentemente estuvo obligado a huir de la persecución de los envidiosos elitistas de los estratos superiores sociales, desapareciendo en las montañas. Hui-Neng resurgió en su madurez como el último de los Grandes Maestros del Zen, finalmente popularizando las enseñanzas entre todas las clases sociales. Aunque él mismo era analfabeto y expandió el budismo en el más simple de los términos, sus estudiantes y discípulos incluyeron escolares de la Escuela Confuciana como también monjes eminentes, e inclusive un maestro del canon Budista de la India.
La carrera de Hui-Neng tuvo un efecto incalculable en la diseminación del Zen en la China. De acuerdo con la biografía de Hui-Neng, documentada en los anales tradicionales del Zen, había treinta y tres personas conocidas como sucesores formales del Gran Maestro, que enseño el Zen abiertamente. La biografía agrega que había un número indocumentado de otros que obtuvieron la enseñanza y escondieron sus nombres y sus evidencias. Los nombres de diez de estos maestros escondidos han sido encontrados, aunque nada se sabe de ellos. Además de estos cuarenta y tres conocidos sucesores de Hui-Neng, el Gran Maestro del Zen, se dice también, que hay un sinnúmero de personas "que han despertado al Camino y trascendido lo ordinario" bajo el impacto de sus enseñanzas.
Esta traducción está basada principalmente en la traducción al inglés del manuscrito de una versión breve y antigua atribuida a un discípulo de Hui-Neng llamado Fa-hai que fue descubierto (830-860) entre los muchos trabajos desenterrados en Tun-huang. Las enseñanzas que el Sexto Patriarca del Budismo Zen exponía eran todas el mensaje completo y total del Gran Vehículo; ésta es la razón por la que se llama sutra. Las palabras son comunes, pero su guía está más allá de lo que podemos alcanzar; la expresión es fácil, el significado es claro.
Después de leer este sutra en sus diferentes traducciones al inglés, creí conveniente traducirlo al español para que todos nuestros lectores tuvieran la oportunidad que yo había tenido de poder leer una de las más famosas enseñanzas del Sexto Patriarca del Budismo Zen, como se le ha clasificado. Disfrútenla, y estoy segura que sacarán algo de ella. Ya que como dijo el Maestro Ming-Chiao para todos los que la leen, "Aquellos que su potencial natural es agudo, obtendrán lo profundo, aquellos que su potencial natural es torpe y apagado obtendrán lo superficial."
¡Y qué gran verdad dijo!
Y para terminar, no olviden nunca lo que dijo Hui-Neng,
"Ver, es el propósito de la vida".
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY Enero del 2002


El Sutra de Hui-Neng - Parte 2
Sexto Patriarca del Budismo Zen
Traducido por la Rev. Yin Zhi Shakya,
Historia Personal
La Realización de la Enseñanza y el Legado del Manto Cuando el Gran Maestro llegó al Bosque del Monasterio de las Joyas, el Gobernador Wei de la Provincia de Shao fue a las montañas con algunos oficiales del gobierno para solicitarle al Maestro que bajara a la ciudad y predicara al pueblo en el salón de conferencias del Monasterio del Gran Brahma.
Cuando el Maestro llegó a la tribuna, el gobernador, más de treinta oficiales, más de treinta escolares Confucianos, y más de cien monjes, monjas y seglares, se inclinaron al mismo tiempo suplicándole el escuchar la esencia de las enseñanzas.
El Gran Maestro le dijo a la multitud,
Queridos amigos, el bodhi es inherentemente puro; simplemente usen esta mente, y realizarán directamente la budeidad o su naturaleza búdica.
Queridos amigos, por ahora, escuchen el curso de los eventos a través de los cuales yo realicé la enseñanza. Mi padre era originalmente de Fan-yang, pero fue desterrado a Ling-nan, donde llegó a ser un campesino en la Provincia de Hsin [“Nueva”]. Desdichadamente para mí, también mi padre murió temprano. Con mi madre viuda me mudé a Nan-hai, donde sufrimos la pobreza y por lo tanto tuve que vender leña para vivir.
Un día un parroquiano que compró un poco de leña me pidió que se la llevara a su negocio. El comprador recibió la leña y yo dejé el negocio con el dinero. Ya afuera, me fijé en un viajante que estaba recitando una escritura. Al momento de oír las palabras de la escritura, mi mente entendió y comprendí. Le pregunté al viajante cuál era la escritura que estaba recitando. Él dijo que era el Sutra del Diamante. Entonces le pedí que me dijera dónde la había adquirido.
Él me dijo que la había obtenido del Monasterio de la Meditación Occidental en la Prefectura de Huang-mei en la Provincia de Ch’i, donde el Gran Maestro Hung-jen, el Quinto Gran Maestro, [del Budismo Chan], estaba enseñando a más de mil estudiantes.
Fui allí y escuché esta escritura que el Gran Maestro siempre recomendó a ambos, el clérigo y los seglares, diciendo que, si ellos cumplían el Sutra del Diamante, ellos verían su propia naturaleza esencial y realizarían directamente la budeidad. Oyendo esa explicación, sentí una afinidad preexistente. Un comprador me había dado diez onzas de plata para que pudiera proveerle comida y ropa a mi madre, y de esa forma poderme ir a Huang mei a visitar al Quinto Gran Maestro.
Después de haber dejado a mi madre establecida, me fui enseguida y llegué a Huang mei en treinta y tanto días. Allí le ofrecí mis respetos al Quinto Gran Maestro.
El Gran Maestro preguntó, “¿De dónde vienes y que quieres?”
Repliqué, “Soy un campesino de la provincia de Hsin en Ling-nan. He venido desde tan lejos a ofrecerle mis respetos a usted solamente porque busco ser un buda, nada más.”
El Gran maestro dijo, “Tú eres un sureño y un aborigen, ¿cómo puedes tú ser un buda?”
Le dije, “Las personas pueden ser sureños o norteños, pero la naturaleza búdica originalmente no tiene ni sur ni norte. Como un aborigen, mi estatus social no es él mismo que el suyo, pero ¿qué diferencia hay en nuestra naturaleza búdica?”
El Gran Maestro quería hablar más conmigo, pero observó que sus seguidores estaban alrededor de nosotros, así que me envió a hacer tareas con los trabajadores.
Le dije a él, “Mi propia mente siempre produce sabiduría. El no estar apartado de la naturaleza esencial de uno es en sí mismo una disciplina de bendiciones. ¿Qué trabajo quiere usted que yo haga?”
El Gran Maestro dijo, “¡Este aborigen es muy listo! No digas nada más. Ve a trabajar en el granero.”
De forma que me retiré a la parte de atrás del edificio donde un trabajador me puso a cortar leña y a desbrozar el arroz.
Pasé allí un poco más de ocho meses en esto, cuando el Gran Maestro me vio un día y me dijo, “Pienso que tu visión es digna de confianza, pero tenía temor que las personas malas te hicieran daño, así que no hablé contigo. ¿Te das cuenta de esto?”
Le dije, “No conozco tu intención. Esta es la razón por la que no me atreví a caminar enfrente del auditórium, por miedo a ser inconsiderado.”
Un día el Gran Maestro llamó a todos sus discípulos y dijo, “Les voy a decir, que para las personas en este mundo el asunto de nacer y morir es serio. Ustedes resuelven buscar innumerables bendiciones todo el día, y no buscan el salir del océano de miseria del nacimiento y la muerte. Si su propia naturaleza está confusa, ¿cómo pueden las bendiciones salvarles? Dejemos que cada uno de ustedes busque en su propia sabiduría, absorbiendo la naturaleza perceptiva de su propia mente básica y me compongan un verso para que me lo presenten. Al que haya entendido el gran significado, le legaré el manto y la enseñanza, y lo haré el Sexto Gran Maestro.”
“Esto es urgente, así que no se entretengan y se demoren. El pensar acerca de esto no es el caso – las personas que han visto la naturaleza esencial deben verla en el momento de mencionarla. Alguien como éste, puede verla incluso en la línea de batalla en medio de las espirales de las espadas.”

El Sutra de Hui-Neng - Parte 3
Sexto Patriarca del Budismo Zen
Traducido por la Rev. Yin Zhi Shakya,
Después que los seguidores habían recibido estas direcciones, ellos se retiraron diciéndose unos a otros, “El grupo de nosotros no tiene que despejar las mentes y concentrarse en componer versos para enseñárselos al maestro. ¿Cuál es el motivo de esto? Shen-hsiu el anciano mayor es ahora el mentor – él seguramente lo hará.
Si él quiere que nosotros presumamos componiendo versos, estaríamos perdiendo la energía mental.” Otras personas que estaban oyendo esto, acordaron todos poner su mente a descansar, diciendo, “Nosotros contaremos con el Maestro Shen-hsiu para hacer esto; ¿por qué preocuparnos en componer versos? Shen-hsiu reflexionó, “La razón por la que los otros no presentarán los versos es que yo soy su mentor. Debo componer un verso para presentárselo al Maestro – si no se lo presento, ¿cómo mi maestro sabrá lo profundo o superficial de la percepción y entendimiento en mi mente? Si mi intención en presentar los versos es buscar la enseñanza, entonces está bien; si es, buscar el rango de Gran Maestro, eso está mal – será igual a la de la mentalidad ordinaria. ¿Cómo podría ser diferente a usurpar el rango de un sabio? Si no presento un verso, nunca obtendré las enseñanzas. Esto es muy difícil, muy difícil.”
Finalmente Shen-hsiu pensó, “Será mejor si escribo el verso en la pared del pasillo, donde el maestro pueda verlo. Si el maestro dice que está bien, respetuosamente me presentaré y declararé que es mi composición. Si dice que no, he estado perdiendo años en las montañas aceptando el respeto de otros - ¿cuál será el camino que escogeré más adelante para practicar?” Esa noche, en el medio de la noche, sin dejarle saber a nadie, él cogió la lámpara y escribió su verso en la pared del pasillo sur, presentando su percepción y entendimiento.
El verso decía:
El Cuerpo es el árbol de la Iluminación,
La mente es como un espejo claro.
Púlelo diligentemente una y otra vez,
No dejes que se polvoree.
Habiendo escrito esto, Shen-hsiu regresó de nuevo a su habitación, totalmente desapercibido por todos. Shen-hsiu también pensó, “Si el Gran Maestro está conforme cuando mañana vea mi verso, entonces me habré conectado con las enseñanzas. Si él dice que no vale la pena, es mi propia ilusión – las barreras de mis hábitos existentes son múltiples, y no soy adecuado para obtener las enseñanzas. La mente de un sabio es difícil de comprender.” Mientras pensaba en su habitación, se sentía inquiero sobre si sentaba o se acostaba. Así continuó hasta el amanecer.

El Sutra de Hui-Neng - Parte 4
Sexto Patriarca del Budismo Zen
Traducido por la Rev. Yin Zhi Shakya,

Ahora bien, el Gran Maestro ya sabía que Shen-hsiu no había todavía traspasado el portón y que tampoco había visto su propia naturaleza esencial. En la mañana él llamó al artista Lu Kung-feng para que hiciera el mural sobre la pared del pasillo del sur.
De repente viendo los versos, el Gran Maestro le dijo al artista que no procediera con el mural, dándole las gracias por su molestia. “Las escrituras dicen que todas las formas son ilusorias”, dijo él. “Sólo deja el verso para que lo reciten las personas. Si ellos actúan de acuerdo con este verso, ellos evitarán caer en los caminos erróneos y dañinos; hay un gran beneficio en actuar de acuerdo con este verso.”
Él dijo a los discípulos que encendieran incienso y ofrecieran respeto al verso de forma de que pudieran ver su naturaleza esencial. Los discípulos recitaron el verso, y todos lo celebraron admirablemente. En el medio de la noche, el Gran Maestro, envió a buscar a Shen-hsiu a sus dependencias y le dijo, “¿Fuiste tú quien compuso el verso?” Shen-hsiu dijo, “Si, yo compuse el verso, pero no presumo de buscar el rango de Gran Maestro. Espero por su compasión, para ver si tengo o no, alguna sabiduría.” El Gran Maestro dijo, “Tu composición de ese verso indica que no has visto tu naturaleza fundamental.
Solamente has llegado afuera del portón; todavía no has entrado al interior. Si buscas la iluminación perfecta y sin par, con un entendimiento como éste, nunca la podrás obtener. La iluminación perfecta requiere que seas capaz de reconocer tu propia mente básica en una palabra, y ver tu propia naturaleza original, que no nace ni muere.
Cuando te ves a ti mismo todo el tiempo, momento a momento, sin ningún rezago ni demora por nada en absoluto, como uno es real, todo es real – miríadas de objetos son en sí mismos la semejanza como es. La Conciencia de la Semejanza como es, es la verdad real; si tú ves de esta manera, esa es la naturaleza inherente de la iluminación insuperable. “Vete por ahora y reflexiona por un día o dos.
Entonces, compón otro verso. Si veo a través de tu verso que has triunfado en cruzar el portón y has entrado, te otorgaré el manto y la enseñanza.”
Shen-hsiu hizo una reverencia y se fue. Cuando habían pasado muchos días, y todavía él no había sido capaz de producir un verso, el se sintió desfallecido de corazón e inquieto de espíritu y pensamiento. Él estaba como en un sueño. Ya sea si estaba caminando o sentado estaba intranquilo e incomodo. Dos días después, un muchacho que pasaba por el granero estaba cantando un verso.
Tan pronto como lo oí, realicé que el verso todavía no revelaba la esencia fundamental. Aunque no había recibido instrucción, ya conocía la idea principal, así que le pregunté al muchacho, “¿Qué verso es ese que estás cantando?”
El muchacho dijo, “¡Tú, aborigen! ¿No sabes que el Gran Maestro dice que para las personas en este mundo el asunto del nacimiento y la muerte es serio – si ellos quieren obtener la transmisión del manto y las enseñanzas, él hace que los discípulos compongan versos.
Si cualquiera ha realizado el gran significado, él le trasmitirá el manto y las enseñanzas y lo hará el Sexto Gran Maestro. El monje mayor Shen-hsiu escribió este verso sin forma, en la pared del pasillo sur; el Gran Maestro ha hecho que todos se lo memoricen, diciendo que si uno pone este verso en práctica, evitará caer en los caminos erróneos, si uno pone este verso en práctica ganará gran beneficio.”
Yo dije, “He estado aquí por cerca de ocho meses, golpeando el arroz con mis manos y nunca he estado en el auditórium. Por favor, llévame donde está el verso, de manera que le pueda ofrecer mis respetos.”

El Sutra de Hui-Neng - Parte 5
Sexto Patriarca del Budismo Zen
Traducido por la Rev. Yin Zhi Shakya,
Cuando el muchacho me hubo guiado al verso para ofrecerle mis respetos, yo le dije, “Soy analfabeto; por favor léemelo.”
En ese momento el teniente inspector militar de la Provincia de Chiang estaba allí, un hombre llamado Chang Chih-yung; él leyó el verso en alta voz. Después que lo hube escuchado, dije que yo también tenía un verso, diciéndole al teniente inspector que me lo escribiera. El teniente inspector dijo, “¡Qué extraordinario es que también tú compusieras un verso!”
Le dije al teniente inspector, “Si quieres experimentar la iluminación suprema, no tomes a la ligera ni les hagas desaires a los principiantes. Una persona del rango más bajo puede tener el conocimiento mayor, mientras que una persona del rango superior puede carecer del conocimiento práctico. Si menosprecias a las personas, habrás hecho un error incalculable.”
Mi verso fue como sigue: La iluminación originalmente no tiene árbol, Y no hay un espejo claro en ella. Originalmente no hay ni una sola cosa – ¿Dónde se puede acumular el polvo? Después que el verso hubo sido escrito, la comunidad completa estaba asombrada, y cada uno se maravilló. Ellos se decían los unos a los otros, “¡Qué singular y extraordinario! ¡No podemos conocer a las personas por su apariencia!
¿Cómo hemos podido haber empleado por tanto tiempo en función de criado a un bodhisattva viviente? Viendo el asombro y admiración de la gente, el Gran Maestro temió que alguien pudiera hacerme daño, así que borró el verso con su zapato y dijo, “Esto todavía no es la percepción de la esencia.”
Todo el mundo pensó que así era, pero el próximo día el Gran Maestro secretamente vino al granero, donde encontró que yo estaba machacando el arroz con una piedra atada a mi cinturón. Él dijo, "Las personas que buscan el Camino olvidan sus cuerpos con el fin de obtener la enseñanza; ¿será éste así?"
Entonces me preguntó, "¿Ya está el arroz listo?" Repliqué, "El arroz ha estado listo por mucho tiempo, pero todavía quiere cernerse."
El Gran Maestro golpeó el mortero tres veces con sus bastón. Inmediatamente entendiendo lo que el Gran Maestro quería decir, fui a su habitación, en la tercera posta, [en el medio de la noche].
Usando su vestimenta como resguardo o mampara, de manera que nadie nos viera, él me explicó el Sutra Diamante. Cuando llegó al punto donde dijo, "Deberás activar la mente sin vivir en nada," en el momento que él pronunció esas palabras, yo tuve la realización abrumadora de que todas las cosas no están separadas de la naturaleza inherente.
Entonces le dije al Gran Maestro, ¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente es originalmente e intrínsecamente pura?
¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente originalmente no nace ni muere?
¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente es originalmente completa en sí misma?
¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente es originalmente inmovible?
¿Quién habría supuesto que la naturaleza inherente puede producir miríadas de cosas?
Conociendo que había realizado la naturaleza original, el Gran Maestro me dijo, "Si uno no discierne la mente original, no hay ningún beneficio en estudiar las enseñanzas. Si disciernes tu propia mente y ves tu propia naturaleza esencial, eres lo que ellos llaman un gran hombre, un maestro de humanos y ángeles, un buda.